Tu Amor Incondicional siguió indemne

Cuando vemos que nuestro tiempo en la tierra se extingue, por lo general nos apremia el afán de centrarnos en nosotros mismos: es lo más humano y natural, pues a los otros, a pesar del gran cariño que nos profesan, y por muy próximos y prójimos que fueren, no les queda otra alternativa que abandonarnos a la intemperie de nuestra soledad. Es parte de la condición humana.
Pero Tú, culmen de la compasión humana, piensas en los seres que deben acompañarte al Paraíso. No le exigiste a Dimas que se arrepintiera, ni perdiste el tiempo en asegurarte de que fuera “trigo limpio”, que es la condición expresa de ciertos cardenales de la conferencia episcopal española, tan ajena al Evangelio.
En el Gólgota, tu Amor Incondicional siguió indemne, tu corazón, aún en plena agonía, siguió fiel a su misión de dar vida, y donarla hasta el extremo. ´´´´´´´´´´´´´´´´´´´´
Dimas, el maldito malhechor, captó en sus carnes agónicas un Amor que no juzga ni condena; y ese amor le transformó en un hombre nuevo y libre de la soledad, de la ignorancia, del pecado. Tampoco, Jesús, tú te viste solo. Ya ves , los proscritos una vez más aliviaron tu soledad, pues Dimas, quién lo diría, con todos los excluidos, fue en esos momentos la encarnación del Padre de los parias de la Tierra, y estos reforzaron al Mesías de los perdidos la necesaria confianza para seguir amando a sus amigos y enemigos hasta el extremo.
Rafa Redondo
Alejarse de Ti es caer; volverse a Ti, levantarse; permanecer en Ti es hallarse firme. Alejarse de Ti es morir, volver a Ti es revivir, morar en Ti es vivir. Nadie te pierde sino
engañado, nadie te busca sino avisado, nadie te halla sino purificado.
(Agustín de Hipona)

 

Múisca: Bautiful Chorus – Ready

 

 

 

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