«El universo infinito está delante de tus ojos, infinitamente grande e infinitamente pequeño, no hay diferencia.»Xin Xin Ming. Poema Zen siglo XII.
Los montes estaban nevados, las ovejas pacían en los campos verdes, los cuervos y las rapaces sobrevolaban serenamente los perfiles de las montañas, la lluvia caía incesante haciendo irreales todos los límites, que tan perfilados nos parecen. Una torrentera de agua transcurría perseverante por un canal de piedra, y cantaba, y no olvidaba su canción, ni los cuervos su melodía, ni las ovejas su serenidad; la luz tampoco se olvidaba de derramarse ¿y nosotros, que hemos olvidado nosotros? Hemos olvidado vivir. Hacemos un viaje de retorno a la vida, de retorno a darnos cuenta de la ausencia de límites, de darnos cuenta de que, fuera de los conceptos, todo es no-dos. Hacemos un apasionante viaje a la visión y vivencia de lo real.