Este es un escrito de reflexión. La luz que incidió sobre mi fue la de Jiddu Krishnamurti, que ya a principios del siglo XX, veía con claridad los síntomas de lo que nos sucede ahora, de lo que nos sucede desde siempre. La reflexión de esa luz son estas palabras que os presento. La superficie sobre la que incide esa luz es una participación activa en un movimiento social llamado «Constituyentes«. El escrito es una carta abierta al sudor de este movimiento, a su caminar, a sus dudas y desasosiegos, también a sus esperanzas. Este movimiento tiene su inicio en Sevilla, en diciembre de 2011. Su razón de ser es que el propio pueblo decida como quiere organizarse y cooperar. Se aglutina en torno a la apertura de un proceso constituyente del pueblo para el pueblo, pero cuando te metes en esa harina, te das cuenta de que cuando se abre la puerta a lo nuevo, se descubre todo un mundo detrás, que nos incluye a nosotros como seres humanos, nuestras ilusiones, pero también nuestras dificultades de ser hombres libres.
Podría ser una carta abierta a cualquier otro movimiento social, de los muchos que emergen en nuestros territorios, y debe ser entendida como un análisis desde el corazón, de lo que sucede cuando estás remangado y poniendo tu sangre en la tarea de que salgamos todos del sinsentido y el absurdo, juntos, la única forma posible. Puede haber muchos errores, pero benditos sean si los que los cometen están dejando su alma en el empeño de alumbrar un mundo mejor, de salir del egoísmo.
Son muchas las semillas de un mundo nuevo que surgen en este agitado y ciego mundo nuestro. A veces parece que las malas hierbas van a sofocar tanta inocencia, tantas ganas de que florezca el amor en el corazón de los hombres, pero la vida que brota en esas semillas está más allá de toda resistencia a ese crecimiento. Después de participar activamente en esos movimientos nuevos y vivos, he aprendido algo muy importante para mi: la esperanza es una luz que está en nosotros y que se expande por si misma. Sólo tenemos que dejar que se disipe el humo que nos impide verla. No necesita de más estructuras ni cimientos que nuestro perseverante retorno al corazón.
Carta abierta a Constituyentes
“Gnosti te auton”
«Confiemos en que no será verdad nada de lo que sabemos»
Antonio Machado
Piérdete, piérdete,
y escapa de esta nube negra, de esta nube que te encierra.
Entonces verás tu propia luz, cual radiante luna llena.
Rumi
“Gnosti te auton”, esta leyenda figuraba en la entrada del templo de Apolo en Delfos, «Conócete a ti mismo». Apuntaba, al que iba a consultar el oráculo, que era lo verdaderamente importante.
Últimamente me han surgido dudas, interrogantes, sobre el trabajo que hacemos en constituyentes, así como sobre mi propia participación en este movimiento, y he intentado investigar un poco al respecto, en los Seguir leyendo Gnosti te auton →