Queridos compañeros y compañeras, buen inicio del verano.
Mi recordatorio insistente: la experiencia de ese Ser envolvente que no acertaremos jamás cómo nombrarle, está más allá de todos los dogmas, de todos los rituales, de todas las religiones y sagradas escrituras, por muy sagradas que sean. El fenómeno del “despertar” se pierde en la noche de los tiempos, no es monopolio de filosofía o creencia alguna; el despertar es anterior a budismos, ateismos y cristianismos. Despertar no es algo que se nos da después de la muerte, sino que es una posibilidad que late en esta vida, aquí, ahora, en este momento. La experiencia del Ser, por ser universal, no puede colonizarla nadie, ningún maestro, ninguna escuela de meditación: está al alcance de todos, siendo lo más próximo de toda proximidad; efectivamente, el Reino Dios se halla dentro de uno mismo. Por tanto la verdadera religión es la Vida en todas sus manifestaciones, porque La Ruah sopla donde quiere.
Meditar es responder, desde el silencio del Ser, a la más profunda demanda de las demandas. El Ser del Silencio carece de voz, y a pesar de ello, se manifiesta en el tumulto de toda la Creación. Mas el ser humano posee a cada instante la ocasión, y la gracia, de poder escuchar lo inaudible dentro de su más profundo centro, siendo esa su razón de ser y de estar en el mundo.
La sentada callada (Za-Zen), es un privilegiado escenario donde el Espíritu del Silencio actúa y se expresa en un lenguaje sin palabras. La sentada en silencio, es un lugar de Seguir leyendo Circular, verano 2016