Ya el nacer es un dolor, cantaba la voz, hecha grito, de Raimon, en aquel año de gracia de 1968. Pero un dolor que se celebra porque inicia una partida. Marca la Vida, siendo Presencia hacia el sentido de existir. Partir -que proviene de parto- es un alejamiento del útero materno, un viaje-viraje del placer de la placenta hacia la madurez que busca renacer en cada instante, que inaugura el manifestarse en la conciencia-carne-materia, donde el alma se fragua en forma y gesto. Alcanzar a ser el propio gesto -dejarse gestar- ser la propia gestación, sin imitar a ningún ser ajeno a mí, por muy sagrada y ejemplar que haya sido su huella.
Buscamos nacer desde la Ausencia; renacer en la creación de un poema, florecer desde Seguir leyendo El satori del anciano