Como un árbol que tiende sus ramas me asiento en la tierra.
Árbol lleno de hojarasca, ramas viejas, flor marchita, tronco herido y sabia helada.
Un pájaro se mece en mis ramas, trina su canto susurrándome al oído. Cae la noche el pájaro duerme, y al despertar el pájaro no se ha ido. Permanece allí observando a aquel árbol marchito. El pájaro despega, su labor ha cometido.
Pronto cae la hojarasca de mis ramas. Pronto caen las ramas viejas que ya no sustentan mi tronco herido. Mi tronco se deshiela y con él mi sabia.
En la nada me quedo, arraigada en la tierra. En la nada estoy, solo con Seguir leyendo Árbol, árbol, árbol