Estar en la vida como el vacío está en el cuenco: estando sin estar. Inauguremos el verbo dis-estar. Desprenderse para ser Presencia. La fórmula para estar en el presente es no estar, perderse, ser presente.
Conozco una suerte de atajo para subir hasta el abismo: alcanzar la cumbre no consiste en encumbrarse. Como ser hijo de Dios no es endiosarse. La cumbre no está en la cumbre. Y allá, en ese lugar sin lugar, puede olerse lo que jamás tuvo existencia: el esplendor de la Nada. Nada hay que hacer que no sea el acopio de lo que no hay. Hacerse rico en las raíces del aire. Presencia en la im-presencia. Quienes ignoran lo interior no Seguir leyendo Nadie