Meditar es atreverse a caminar solo, a depositar la confianza en el Maestro interior, patrimonio de todo ser nacido, y de la toda la Humanidad derecho de nacimiento. Meditar es atreverse a dar el salto hacia el infinito océano, libre de toda tutela que impida el libre discernimiento, a comprometerse con la lúcida clarividencia, nuestro Fondo. Y así, despojado de dogmas, escuelas y gurús, revestido tan solo de la propia desnudez, afianzarse en la certeza de quien se siente amado por la Vida. Decir SÍ al Ser, abierto a la escucha de ese Fondo. Y decir NO a quien, apoyado en doctrinas o creencias, se arrogue potestad alguna sobre el espíritu.
Meditar es Seguir leyendo Introito