Puedo pensar en la atrocidad de quienes sin gobierno nos gobiernan, sin compasión y arrogancia ignoran a los desasistidos, echan de su techo a los desheredados, siembran de pánico a los desahuciados, ignoran a los niños, a los débiles y enfermos.
Puedo poner mi pluma y mi tiempo en su favor… y pudiera escribir los versos más tristes esta noche, pues me toca de muy cerca ese cruel cerco. Pero no les obedezco, no les odio.
En la más profunda vena de esa refriega cotidiana, se que puedo Seguir leyendo Luchar… sin odio