El ser humano se engrandece cuando se eleva por encima de sus obras para no desear otra cosa que otear el Ser, desearlo, vivirlo las 24 horas, siendo así cuando accede al camino de su verdadera patria. Sin embargo, esto es fácil -demasiado fácil- de enunciar, ya que estamos hablando de tener el valor de desapegarse de la obra de toda una vida, la que con dedicación y mimo quizá durante muchos años llevamos a cabo. Estamos hablando de un renunciamiento liberador que Seguir leyendo La institucionalización del Ser