El cincel de la Vida
ha esculpido en tu rostro su poema;
y se asienta, amoroso, ya en tu cuerpo
como impronunciable verbo
que se deja decir en tus decires
expresando en tu carne su gesto irrepetible.
Para que tú,
inconfundible ser, también anuncies Vida
y la pronuncies por doquier sobre la Tierra.
Sin embargo, y tenlo en cuenta,
podrás, también, mentirte, enmascararte,
o hacer ficción de la Verdad
que en cada instante te convoca,
o pasarte a servir a oscuros centuriones
del miedo, de la muerte y la mentira.
Aunque ten por seguro, te aseguro,
que la Realidad acabará desmintiendo a las caretas,
que hasta las piedras del camino se harán oír
clamando las verdades que albergan sus silencios
a las que sólo la Bondad sin rostro les responde.