Eran las 8,45. Begoña (a la que yo llamo la Teresa de Calcuta laica, sin dar más pistas) interrumpió mi desayuno: Plácido –voy a llamarle así- había fallecido. Plácido, llegó de Italia acarreando en su espalda el peso de una vida marginada llena de luces y de sombras. Fino artista que combinaba con delicadeza y creatividad el óleo y la madera. Para mí era un compañero de camino, un ser querido de mi nueva familia, de la raza de los que no tenemos raza. Desde la ambulancia al Hospital fue atendido por brazos femeninos generosos. Hasta llegar a Urgencias. “Porque al enterarse de que era drogadicto –me dicen- se desentendieron de él”: “Mañana le daremos de alta…” exclamaron, que es el modernismo científico-médico que enmascara el desinterés. “A los drogadictos les escupen, sobran, los barren de los boxes”. Pero Plácido murió allí, donde estaba prohibido aparcar.
No tenía raíces, ni era hijo ni hermano ni cuñado de un político. Plácido era hijo de Nadie, un dueño del vacío, otro Nadie, que esperaba aquí cambiar de suerte; o de escoba. Un desheredado más de una sociedad dormida que eleva suntuosos palacios de cemento al Dios Iberdrola y dilapida dinero público en empresas futbolísticas.
“Los nadies –grita Galeano-: los ningunos, los ninguneados, muriendo la vida, jodidos, rejodidos. Que no profesan religiones, sino supersticiones. Que no hacen arte, sino artesanía. Que no son seres humanos, sino recursos humanos. Que no tienen cara, sino brazos. Que no tienen nombre, sino números. Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata”.
Pero son los Nadies son portadores de esperanza. Porque los que nada tienen, son los más capacitados para poder soñar. Y despertar. Lo sé, me identifico con ellos. Plácido, mi sutil ebanista de los banquitos Zen; tú, con Ibrahim, Jussuff, Abderamán, Joam, Chinbayar, Mustapha…Sois mis hermanos de camino.
No tengo palabras para describir tan bello documento.Quizás sentido, auntentico, emotivo.
Felicidades
Impresionante! Me ha pasado lo mismo… Me he quedado sin palabras! Que rebeldia ante tanta crueldad y neutralidad! Que fragilidad ante tanto amor! Pura compasión que traspasa el corazón y nos ensarta en solo ser!
Lo compartire y me dejare traspasar por su onda expansiva! Vaya bomba!
Gracias, por poner palabras a una realidad q a mi me deja sin ellas.
vacío y energía que despierta, eso era. gracias muy lindo