Muerte y vida es un asunto serio, estar dormido o despierto, estar muerto o estar vivo, morir para nada o morir para vivir, es un asunto muy especial y serio.
Impresionan las palabras, que no son de quién las escribe, son ya del Camino que nos ha abierto su corazón para vivir en él.
Firme determinación, que es la masa fundida entre la fuerza y la relajación, entre la vida y la muerte.
Y en medio del combate, en la espiración, con uno mismo, o mejor dicho, contra lo que no es uno mismo pero que nos ha arrinconado en nuestra propia casa, allí surge también un dejarse respirar.
En la inspiración deben armonizarse el combate y la acción de lo infinito, junto con el combate y la acción de nosotros mismos.
La espiración nos relaja, pero allí debemos tensar también, la inspiración nos tensa, pero allí debemos relajar también.
Y cuando todo esto se armoniza, entonces nace la verdadera relajación y la verdadera tensión. Muerte y vida aparecen. Debemos realizar bien la inspiración y la espiración.
Gracias por todo, un abrazo y sigamos dejando que el Camino nos camine.
(En respuesta a Muerte y Vida en Berriz, de Pablo Garmendia)