…claros del bosque…

 

 

Claros del bosque

que están sólo al alcance

de los perdidos

 

Tiempo de incertidumbre y desconfianza en los que nos vivimos perdidos, abandonados no sólo por  los vaivenes de la Naturaleza, sino por sentirnos también al capricho de los poderes insolidarios que asolan Europa. Asomarse a los telediarios, emisoras o  prensa escrita es constantemente sentir en nuestra piel esa forma de amenaza que puede paralizarnos, succionar nuestro vigor vital.

 

Como miembros de la gran Natura, la inseguridad forma parte de nuestro metabolismo; pero como integrante de esta sociedad concreta, nuestro cerebro se siente programado a responder como los amos de la tierra y sus poderosos medios de propaganda desean que pensemos, sintamos, respondamos. Ahora, en estos tiempos, conviene discernir, observar, no sólo cuanto ocurre o dicen que ocurre, sino observar  también y sobre todo mis condicionantes propios,  mi manera y forma de ver y analizar, Las anteojeras de  mi ideología o creencia.  Urge esperar, urge ver. Sí, Ver.

 

En una crisis como la actual, en la que en cada momento recibimos noticias inquietantes  no resulta fácil hallar una ocasión para poder crecer como persona.

SIN EMBARGO es una grandísima y constatada verdad que aquello que en un momento irrumpe como  catástrofe existencial o  irremediable desgracia, puede ser el inicio de una potente transformación como ser humano. La necesaria calma se impone en momentos críticos donde el miedo cotiza en bolsa, y donde la inquietud nos impide hallar el sendero verdadero. Ello nos aproxima a la autenticidad a la vez que nos aleja de la sumisión a los jefes del terror. Aunque para ello es preciso saber estar solos, no olvidemos que  la soledad elegida es el brocal de la solidaridad. 

 

Además, me lo digo a mí constantemente, para ganar es preciso saber perder. Sé que esta afirmación puede sonar a música celestial. Me da igual, incluso lo admito: puede ser celestial, aunque si no estamos de acuerdos en que haya un cielo, unámonos para que la Tierra deje de ser un infierno. Y digo más: lo más probable es que, ya puestos a perder, sólo perdamos lo que no era sino un impedimento u obstáculo en nuestra vida.

 

Estamos aún pendientes de ver y re-conocer la verdadera Vida. Estamos sin estrenarnos como seres humanos; no permitamos que nos bloqueen de miedo, ni que por el miedo nos bloqueemos nosotros mismos. Porque lo UNO SIN MIEDO es nuestro apellido

 

 

 

 

Continuación….

 

Hilando con el  EL MIEDO, al que alude Rafa, propongo no malgastar nuestra energía vital en luchar CONTRA NADA, empleémosla en FAVORECER: LA CONFIANZA,LA SALUD, EL AMOR. No nos apoltronemos en nuestros cómodos sillones  dejándonos hipnotizar y contaminar con noticias alarmistas y en ocasiones poco contrastadas ni fundamentadas. Dediquemos unas horas del día a respirar con CONSCIENCIA ,CANTAR,BAILAR,SALTAR,REÍR,AMAR,ABRAZAR a quien tengamos al lado o a uno mismo si el confinamiento es en soledad,para todo ello con

un metro cuadrado es suficiente. No descuidemos nuestra alimentación , somos lo que comemos, recordemos que ciertos alimentos contribuyen a la vitalidad y la alegria  ,frutas, verduras, comidas con color, incluso practicar ayuno en alguna de las ingestas diarias.

 

Y CALMA mucha CALMA……..,pongamos la atención en lo único realmente importante que es ser en el SER. Esta real o creada pandemia nos viene a certificar que somos UNIDAD,y que un simple vuelo de una bella mariposa en Australia, tiene repercusión en nuestra VIDA EXISTENCIAL.

 

Un deseo para concluir:”QUE EL RECONICIMIENTO DE NUESTRA PROPIA VULNERABILIDAD NOS HAGA CRECER EN HUMANIDAD ,COMPRENSIÓN Y COMPASIÓN ”.

 

Solo quiero, por eso

Deciros lo que habréis de recordar

Recordad y salvad vuestra quietud.

Si a vuestra vida un día llegase el huracán

Si hoy llega el huracán a vuestras vidas,

Respirad en su furia con quietud, hondamente,

Y esperad.

Ahora más que nunca ,

SED FLEXIBLES,

Sed junco, aroma, luz.

 

AMAIA LABIANO

 

 

 

 

«Ver desde la quietud no es quedarse quieto, sino aquietarse en lo dinámico. No soy yo quien mira con sus miedos, sus deseos o iras, es el verdadero SER quien mira. Se deja empapar por el viento sur de esta primavera que ya llega, que brota en cada pequeño detalle, que se muestra en el manto blanco de la copa de los cerezos. Allí, bajo la magia de la mirada, la flor se abre con sus pétalos incardinados, cual abrazo que se lanza al aire y suspira por darse a la vida. No es un solo abrazo, son infinitos brazos unidos que se lanzan al Universo sin esperar nada a cambio. 

 

Vuelve el viento, nunca se fue, y con él los pétalos surcan el espacio para formar un blanco manto sobre el rezumante tapiz verde. Ahora el abrazo se ha sembrado cual semilla del sembrador sin nombre, o quizás si, con un nombre, un sólo y único NOMBRE, el que llevas grabado en lo profundo de tu SER y te permite vibra con esto que se ha escrito, salir al balcón y gritar sin miedo a ser oído.

 

-SI, LA VIDA ES EN MÍ!!!!!

Y ese grito, y ese abrazo, y ese suspiro ya no está impregnado de miedo ni de ego. Solamente es un simple pétalo que un día será cereza y después árbol. Porque la vida no se está quieta cuando la miro desde mi mirada aquietada y libre».

 

 

GRACIAS COMPAÑERAS. TU TURNO, HERMANO ALEJANDRO

OS QUIERO

 

 

 

 

 

Hermanos y hermanas:

Les leo y me conmueven sus sentires. Son tiempos de crisis, y con ello toda una oportunidad para incidir en las problemáticas que afectan a las personas que conformamos esta sociedad. Se abre una brecha por la cual colarnos y cultivar paz. Una entrada para impulsar la transformación. Una entrada para acercar-nos a la esencia, recordar nuestro origen. La tierra llama a gritos y es preciso escuchar y poner atención. Es una oportunidad para que nos dejemos transformar. Hace unos días escribí lo siguiente:

Aproximarse

a la fuente de vida

es abrumador

Quizá no hay que mirar al sol directamente. Quizá es preciso crearse una atmósfera (filtro, ego) que pueda absorber y protegernos del fuego puro. Dependerá, de la atmósfera (ego) que generemos, la cantidad de energía que absorberemos. Sin atmósfera nos mataría el sol, quizá una atmósfera muy densa no permitiría la filtración de cantidades saludables de luz y energía. Tal vez todo es una cuestión de equilibrio.

La luz justa, la atmósfera justa.

Pero, aquel o aquella que pueda acoger toda la luz y canalizarla para ser atmósfera de sus hermanos y hermanas, será un sol amoroso, abrazador, más no abrasador.

Os quiero, mucho. Os abrazo con todo el amor que me llega.

ALEJANDRO ASHLEY

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