La mirada que Jesús dirige a los seres y a las cosas no es separable del misterio que le habita: el de ese Dios que se ha acercado al ser humano de. una manera notablemente nueva, insuperable. Y es a la luz de esta maravillosa cercanía como Jesús ve y contempla los seres y el mundo. Su mirada de hombre se adhiere en el asombro, a ese movimiento de acercamiento de Dios y por eso posee una claridad y una fuerza de penetración que le permiten ver la profundidad misteriosa de la realidad, que resulta absolutamente imperceptible para el ser humano normal.
Rafa Redondo
Cada cosa es un mensaje,
un pulso que se muestra,
una escotilla en el vacío.
Pero entre los mensajes de las cosas
se van dibujando otros mensajes,
allí en el intervalo,
entre una cosa y otra,
conformados por ellas y sin ellas,
como si lo que está
decidiera sin querer el estar
de aquello que no está.
Buscar esos mensajes intermedios,
la forma que se forma entre las formas,
es completar el código.
O tal vez descubrirlo.
Buscar la rosa
que queda entre las rosas.
Y aunque no sean rosas.
Rafa Redondo
Música: Nightnoise – Bleu