Todas las entradas de: Rafael Redondo Barba

Siéntate y verás

Zen no es un estado particular del espíritu, como tampoco es una alteración forzada de la conciencia.

Zen es tu estado normal, el silencioso devenir; apacible, real. Za-Zen no persigue nada que no sea dejarse respirar, dejarse latir; dejarse ser: ninguna intencionalidad, ninguna persecución, ningún esfuerzo de logro. Sentarse en silencio sobre el mismo silencio.

No es fruto de la fantasía sino un Seguir leyendo Siéntate y verás

Franja de Gaza, julio de 2014

Rostros destrozados de niños de dos a cinco años. Ojos en blanco de muerte, que nos interpelan si es posible en el ser humano tanta inhumanidad. Vidas truncadas sin sentido y sin por qué. Niña de nueve años muerta en los brazos de su madre. Gritos de pánico y de odio, y de impotencia y de desesperanza…

Los inocentes vuelven a revivir en Gaza la noche oscura de Auschwitz. Nuevos verdugos descendientes de otras víctimas.

¿Cómo parar la locura de los racionales cuerdos de una economía que mata? Los poderosos del mundo siguen en su oficio de mentir y matar a sus semejantes, destacando entre ellos los más pobres e inocentes. En Gaza se entrecruza la crueldad de un dios vengador (del que Saramago decía que «era un mala persona») con la del Dios Mercado. Lo tienen claro los inocentes. La Humanidad en Gaza se encanalla día a día, hasta tal punto de que creemos que “eso es la normalidad …”

Mas, queriendo hallar alma en tanto desalmado, buscamos referentes que nos rescaten ESO, eso que llamamos el sentido del vivir, pero parece como que si el fuego del odio se estuviera haciendo planetario…UNA SEGUNDA NATURALEZA INHUMANA SOBRE LA HUMANA ORIGINAL.

Aunque más abajo, en Sudáfrica, uno de esos referentes dejó escrito: “una persona pertenece a una totalidad y se empequeñece cuando Seguir leyendo Franja de Gaza, julio de 2014

Meditación para un verano

Circular veraniega

No se aparta la luz de quien no huye de las sombras…

(¡Cuánto se puede ver al no ver nada…!)

Ver fluir los instantes

como fluye el alba tras la noche.

Saber resistir el estallido de la umbría en plena luz

captando, y, si es posible, celebrando, la fluencia del Ser

en la entrelínea de las luces y las sombras.

Cuando el maestro interior toma las riendas de la existencia, se ve forzado el hombre a dejar toda posesión y posición logradas. Llegado a una determinada frontera, se plantea –y no sin sufrimiento- la disyuntiva de adaptarse al entorno o saltar al vacío. Este salto comprende a la vez la destrucción total y una nueva vida. Cuando el hombre tiene el valor de dar tal salto, desaparecen la disyuntiva y las fronteras. Todo es uno, Uno.

El primer contacto con la experiencia del Ser, no supone una transformación sin más. Para poder hablar realmente de transformación en otra dimensión, es preciso tener el valor de atender constantemente al sacrificio de la forma, morir y renovarse en cada instante. Ver, y seguidamente destruir lo caduco, para des-cubrir lo esencial que emerge renovado en cada momento.

La metanoia que aquí nos interesa – dice Dürckheim- pasa por la ruptura y destrucción de Seguir leyendo Meditación para un verano