La Vida bulle dentro de mí, mientras yo estoy fuera, y por fuera la busco. Pero la tengo tan cerca, tan cerca, que forma parte de mi metabolismo. Y se deja sentir como el milagro del palpitar, como el prodigio de la respiración, ese subir y bajar que en mí fluye sin que yo intervenga. De mi depende que ponga atención a ese cercano portalón hacia la Vida que la misma Vida en mi cuerpo, templo del Espíritu, ha instaurado, facilitando de ese modo que yo tenga acceso a lo No Manifestado.
Ponte –exclama Eckhart Tolle- en contacto con el Seguir leyendo Morar en el Atman