Todas las entradas de: Rafael Redondo Barba

Jesús

Ocurrió en Kioto. Un joven escritor holandés, interesado por el zen, visitó en uno de los magníficos templos budistas de esa ciudad japonesa a un anciano monje que, curiosamente, y pese a ser analfabeto, había alcanzado el grado de maestro zen. El monje preguntó al joven sobre la religión que profesaba, y, al responderle que era cristiano, el maestro zen no ocultó su ignorancia sobre la persona y la obra de Jesús, pero comoquiera que mostrara un evidente interés sobre el galileo, el joven corrió hacia la biblioteca de la universidad de Kioto en busca de un Nuevo Testamento. Y ya de nuevo ante el anciano, este sugirió al joven que le leyera un texto del Evangelio, el primero que se presentara a sus ojos abriendo el libro al azar. El texto que el joven halló ante sí fué el pasaje de las bienaventuranzas.

Acabada la lectura, el monje cerró los ojos y guardó unos minutos de silencioso recogimiento, acompañado de otros monjes que se hallaban con él. Al levantar la cabeza, mirando de nuevo al holandés, el anciano exclamó: «No conozco a quien dijo eso que tu has leído; pero está claro -añadió contundentemente- que esas palabras solo pueden ser las palabras de un buda».

Un buda es un ser despierto. Todos los «Budas» hablan igual, todos expresan la misma experiencia. El anciano y analfabeto monje budista de nuestra historia, no estudió teología, pero, sin otra mediación que el conocimiento intuitivo propio de los hombres despiertos, superó en un instante las obsesivas dudas metódicas de los teólogos bíblicos, al reconocer sin mediaciones, directamente, las señas de identidad de Jesús como Buda -Hijo de Dios- Aquel que daba gracias a su Padre porque tales cosas las velaba a los poderosos y las revelaba a los sencillos.

Pesca tradicional en la Isleta del Moro, Cabo de Gata, Almería http://flic.kr/p/eodvdm

Jesús no vino para fundar religión alguna, sino para Seguir leyendo Jesús

Amanecer en Berriz

Era muy de mañana, sin despuntar aún la aurora.
Yo preparaba un esquema para la charla mañanera.
Aunque la terca hoja en blanco se resistía al acoso de la tinta.
Pero al elevar la mirada desde mi ensimismamiento,
descubrí (des-cubri) asombrado el imponente macizo de Anboto
dejarse amanecer en Seguir leyendo Amanecer en Berriz

Zen, la experiencia del asombro

[Fragmento de la conferencia]

Prefacio

Este trabajo es una síntesis de la conferencia que tuve el gusto de impartir en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad del País Vasco, donde fui invitado a finales de enero del 2009. Reitero, como en aquel día lo expresé, mi gratitud al grupo humano académico con el que me inicié como doctorIMG_9482. «Sois para mí, repito, la Facultad referente más viva de la Universidad del País Vasco, y os deseo permanezcáis en el arte de vivir, que es el único arte: la pasión por ser artistas de la vida. La pasión de ser, o del Ser que es el arte del Zen, tan ajeno al mercantilismo de Bolonia…»

En semejante vibración se desarrolló esta conferencia y agradezco a los Profesores Koldo Etxebarria e Iñaki Zuazo su introducción y facilitación para que el evento se desarrollara. También al profesor Luis Badosa, su invitación para que yo plasmara la conferencia en un artículo, en este artículo.

El vacío liberador

La experiencia del Vacío. La auténtica salvación del ser humano consiste en que éste caiga en la cuenta de que tanto él como el mundo circundante están «hechos de vacío», son vacío. La verdadera paz se produce cuando el ser humano alcanza esta experiencia de vacuidad y la transporta a su vida cotidiana, cuando la saca fuera del Zendo y la convierte en su propia carne. La experiencia incorporada del vacío es, por si sola, capaz de Seguir leyendo Zen, la experiencia del asombro