Todas las entradas de: Rafael Redondo Barba

Zen, implacable honestidad

Podrás paladear bellos atardeceres, sentir en tu rostro el lloviznar de inmensas cataratas o exóticos paisajes; te instalaras, si tienes medios, en deslumbrantes casas de campo, o bosques insólitos; o te organizarás en comunidades y comunas para practicar las más elevadas experiencias, como puedes también dejarte  cegar por las fascinantes vidrieras de las deslumbrantes catedrales  de la vieja Europa, como Chartres, Fiburgo y Viena, pero esas vivencias no alcanzarán ni por asomo el estremecimiento que ESO puede provocar al presentarse en tu conciencia.

ESO rebasa y rebosa cualquier emoción humana, de suyo evanescente. El fulgor que a ESO acompaña no es un estado, de suyo evanescente sino un estadio permanente.

ESO eres tú, tu mismidad profunda e inabarcable; tú, lo Otro de ti calando allá en tu más profunda vena. ESO que se deja tocar cuando no lo persigues. Vida y presente en tus adentros y omnipresente en las afueras.

ESO, cáptalo en el silencio haciéndote Silencio. Conocer ESO que llamamos Dios o Ser, o Theos  no es tema de viajar ni de  pico-Theo; ni es cosa de saber-lo, sino de humildemente  ser-lo.

La práctica meditativa, en nuestro caso el Zen es exigente, y puede serlo hasta la extenuación (morir al ego es un asunto serio, no es cosa de aficionados). Exhorta a la dedicación plena. Y ESO, claro, causa escándalo a quienes Seguir leyendo Zen, implacable honestidad

Tiempo de crisis, tiempo de esperanza

Mucho antes de que la provecta tiranía de los mercados asaltara la democracia residual que aún vivíamos, los patrones políticos e ideológicos del mundo habían hecho quiebra y muchos esquemas mentales estaban ya tronchados. Tiempos de crisis, de injusticia, de grandes sufrimientos que abren nuestras carnes. Hace décadas que, aunque poseíamos camellos, muchos habían perdido la estrella-guía del Camino. Muchos, también, nos rompimos por dentro al ver desvanecerse las atalayas más generosas que la humanidad pudo imaginar desde 1848, y fue así porque no pudimos comprender el más allá de toda ruina. Y, aún hoy, muchos viejos, y jóvenes prematuramente viejos, viven porque no mueren (“esto es lo que hay” dicen tartajeando de memoria el catecismo liberal que invade los cerebros a través de programas universitarios, de radios y de televisiones promovidas por empresas privadas devenidas en nuevos parlamentos que asfixian las conciencias). Y aunque a ese des-vivir le llamen “vida”, vegetan sin siquiera añorar el Seguir leyendo Tiempo de crisis, tiempo de esperanza

Feliz Año Nuevo

Respirar, inspirando y espirando…

Se trata de un proceso de metamorfosis, metanoia, transformación de TODA nuestra persona. Si después de una hora de sentarse en hondo silencio, uno sigue Seguir leyendo Feliz Año Nuevo