Ayer,
dolía la cara
de sonreír.
Viento y aliento.
Salvajes.
Ahí abajo,
el cuerpo,
burbujeaba de energía.
La alegría,
sin objeto,
violaba Seguir leyendo Ayer
Ayer,
dolía la cara
de sonreír.
Viento y aliento.
Salvajes.
Ahí abajo,
el cuerpo,
burbujeaba de energía.
La alegría,
sin objeto,
violaba Seguir leyendo Ayer
Llegar a Berriz es como volver a casa. Es oler la tierra fresca y la yerba recién segada. Dejarse acariciar los tímpanos por el gorjeo de los pájaros. Sentir la paz en cada poro, saberse protegido por el Padre Anboto.
Siempre es un lujo alejarse del ruido exterior y sumergirse en un lugar diseñado para la interiorización, para el amismamiento. Sentir la armonía de la naturaleza e ir dejando que te impregne, lubricando el mecanismo del silencio interior. Hacerlo de la mano de más de Seguir leyendo Muerte y Vida en Berriz