Au-sentarse

 

Sentarse, ahora;
mejor aún: au-sentarse,
Zen verdadero…
Oh, gran Ausente,
te haces uno conmigo
cuando de mí me ausento.
Tú, Maestro Eckhart,
al desasirte, sin buscarlo, hallaste el gozo
de recibir la Vida,
sin poseerla,
ni agarrarla.
La donaste a granel, rompiendo y rebasando agarraderos.
Tu paso por la tierra fue ser hereje de la noche,
y faro de gran luz en la oscura Edad Media que aún persiste.

Rafa Redondo

 

Naciste al margen, dice Hugo Mujica, para que nada quedara fuera de Tí, al margen de todo lugar donde se debe nacer para que no haya marginado que no esté cerca de Tí, para que no haya margen que te separe de ningún ser, para estar al lado de los que nacieron como naciste Tú, de los que viven como Tú naciste, los que son dejados afuera. Como hoy ocurre con los niños palestinos. Tú también fuiste un niño palestino
Elegiste el camino humano, el titubeante paso de la divinidad para hacer de la debilidad un camino firme hacia Dios.
No eres un Dios que se abaja, sino un Dios que acompaña hasta el final de los días. Y amando hasta el extremo.
A partir de este momento la historia divina puede ser la nuestra. Abrazaste nuestro origen para llevarnos a tu destino.
Eres la historia de un niño que nació en medio de todo eso que nosotros no elegiríamos para que naciera un hijo nuestro, un escenario demasiado sombrío como para dar a luz; eres la historia que enseña que no hay oscuridad que no pueda llegar a ser luz… como la cruz llegó a ser resurrección.
Mostraste que la intemperie puede ser abrigo, que la ausencia de Dios también puede ser Presencia. Y el lugar preferido para anunciar tu mensaje, hacerte epifanía, revelarte como fuente de esperanza.
Rafa Redondo

 

 

 

Múisca:  Ajeet – Healing Song

 

 

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