Atento, muy atento, a la voz de toda voz

 

Atento a todo, en medio del huracán, el mejor sitio.
y atento a todos –y con todos- los sentidos. Atento al Todo que en ti late, que nos late, en medio de la refriega.
Escuchar con el tacto, el leve soplo de esa voz, estrujando en el oído el rugido, y el golpe, de la palabrería. Constatar que en el corazón del enjambre anida, furtiva, la Quietud.
Ver a través de los ojos del olfato la humareda que desgrana la plaza, atestada de gente, estirando el palpable latir del silencio que te habita, para luego sentir y pre-sentir -con los siete sentidos- el desierto en que anidan las pendencias.
Y sentirse distante, y, a la vez uno, solidario con esa sudorosa algarabía; atento, muy atento, a la voz de toda voz.
Ver, tocar, paladear, morder, olfatear, oír…de qué modo el ruido brota del No-Ruido, dulce como un beso.
Silencio y ruido, fundidos en el pedestal de luz que germina en medio de las sombras de los lugares comunes.
Porque tú, Fondo de todo fondo, clamas silencioso en la densa espesura del tumulto… para que puedas amar denunciando, sin des-fondarte.
Rafa Redondo

 

Música: Johan Johansson – A pile of Dust

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