Liberada del yugo de las horas,
se desliza la Acción de lo sin forma:
insomne,
sin gesto que la arrumbe.
Y aún más implacable
cuando a mis manos se entrega y me devora
en mutua dádiva imparable.
Acción de lo sin-nombre, abierta al arco múltiple que estalla en la Materia.
Acción que, sin hacer, me hace hacerme Nadie
y de Nadie me fecunda,
esculpiendo en el alba este poema.