Viniste al tiempo
para que me asomara
fuera del tiempo.
Hasta pronto, querido maestro.
Rafa Redondo
“Los pájaros cantan de nuevo, el cielo se está despejando, la primavera está llegando y siempre estamos rodeados de amor”
(Richard Hendrick)
“No tienes por qué tener miedo. ¡Extiende tus manos! Serás llevado. Al final tendremos que hacer tan solo una única cosa: desapegarnos. Dichoso aquel que termina a tiempo su búsqueda allá fuera, queriendo volver a la casa paterna, como el hijo del relato del Hijo Pródigo”.
que la Realidad acabará desmintiendo a las caretas,
que hasta las piedras del camino se harán oír
clamando las verdades que albergan sus silencios
a las que sólo la Bondad sin rostro les responde.
Rafa Redondo
Darlo todo, o casi todo, por perdido. Tocar fondo.
Puede, cuando apenas ya nada de nada esperas, abrirse una grieta
en la aún sangrante carne viva del alma, por donde se asoma una extraña –aunque, curiosamente, siempre sea la misma – antorcha, que alumbra la apertura a otro lugar.
Puede que, en tal ocasión, por mucho que te duela hasta el aliento,
por esa grieta asome la ocasión de contemplar una nueva tierra sin mapa, donde sin apenas saberlo tú siempre habitaste. O te habitaban.
A partir de ahí, tu reacción quizá tan sólo sea un gesto, el primer gesto de todos tus gestos verdaderos.
Y el primer indicio, también, de que has comenzado a vivir, de que te inauguras como ser humano.