El Camino jamás se inicia en mí:
el primer paso para andar por él,
para seguir estando en él
es, humildemente, este dejar de estar.
Ser la propia impresencia, albergarse en el Vacío,
apoyarse en su grieta. Sólo ser.
Y, así, ver claro.
La propia fragilidad y la desesperanza, pueden ser ocasión para experimentar la fuerza del poder que nos habita y sostiene…
Ser como niños…
cazadores de instantes.
Dime, ¿a qué esperas?
—–
No estamos ciegos,
ni siquiera dormidos;
sólo algo alelados
Rafael Redondo
Música: Gwendal – Irish Jig