Vibrando con IparHaizea

Una vez más postrado, arrodillado a los pies del imponente Anboto, en esta ocasión desnudo al cielo metro a metro, orgulloso de su talante, muy seguro tumbado en su lecho.

Una vez más el sonido del cuenco del zendo…, su vibrar resuena con fuerza, y como casi siempre, ese eco, esa reverberación, despierta algo profundo…, algo se mueve muy adentro.

Cierro los ojos, lentamente…, poco a poco el silencio va devorando imágenes, emociones, sonidos, pensamientos…, atento al vaivén, observo su inexplicable movimiento, ensimismado hasta sentir su caminar sin dueño.

Miro escondido, furtivo, y como casi siempre, una vez más, ese extraño, ese sublime momento…, momento perplejo con destino incierto, y como casi siempre, acongojado, siento palidecer todo mi ser, todo mi cuerpo… Así, pierdo el asidero sin quererlo…, abandonado en Seguir leyendo Vibrando con IparHaizea

Pensamiento inane

La mente, el pensamiento, plantea a cada rato sus dudas, sus exigencias, sus incomodidades, y también dice de vez en cuando que está contento y en paz. Lo que tú has de ver, no desde el pensamiento, sino desde la inteligencia, desde tu silencio interior, desde tu atención consciente, es que el pensamiento no importa nada, no es nada en absoluto. La alegría y la tristeza que él siente son mentirosas, porque a cada momento se transforman la alegría en tristeza y al revés. Simplemente, observa cómo apunta un pensamiento, se golpea el pecho y dice «aquí estoy yo diciendo que no puedo más, hazme caso», tú te identificas con él y admites con él que no puedes más. Sin embargo, al cabo de muy poco aparece otro pensamiento que borra el anterior y que dice que estás mejor, y luego otro que lo niega. No merece la pena atribuirle tanta importancia a lo que diga la mente, porque a cada instante dice una cosa diferente. Tu paz, tu ser, no es un pensamiento, un concepto, sino tu estado natural más allá de la mente. Antes de que nacieras -y recuerda que naces a cada instante como un concepto, soy así o así y estoy más o menos a gusto- no había pensamiento perturbador, como no lo habrá tras la muerte. Ahora mismo, en este instante intemporal que precede eternamente al pensamiento, eres pura atención sin forma, sobre la que el pensamiento se dibuja y desdibuja. Si lo ves, el pensamiento comienza a carecer de importancia. ¿No ves cómo todos los pensamientos que te perturbaron hace unos días o unos años han quedado para siempre en el olvido? Lo mismo ocurrirá con el que te perturba hoy. La sensación de que en la vida podemos ganar o perder es la culpable de todo: ella dice que quiere tener la mente limpia, sentir todo el rato sensaciones agradables, pero eso no es posible, porque la mente consiste en Seguir leyendo Pensamiento inane

Dama de Anboto

Rompe el día en el silencio de Berriz. Anboto al fondo despliega de la umbría haciendo Zen. Todo aún calla; los pliegues rocosos de la cueva, morada de Mari, desvelan ya el florear de la luz. La Dama me previene: buscar el despuntar la luz no es apropiarse de ella; más bien dejarla ser, aunque aún te ilumine.

Es el umbral del alba; luz que en cada guijarro prende, fulgurante momento de fuego, en cuyas sombras evanescentes se esconde el invisible dios que espera. Mi amigo Celso Navarro comienza el sesshin. Para él y para su sangha canaria este poema:

DAMA DE AMBOTO

¿Quién creó la escarpada geometría

de las rocas plegadas en la hondura,

ese magma de nubes y espesura

que serpea en Seguir leyendo Dama de Anboto

Meditación Bilbao