…Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios. «
(Pablo de Tarso)
Hoy, al despertar, sentí en mi corazón el latir de tu Presencia, al hacer mías las palabras de Pablo de Tarso: para mí el vivir es Cristo y el morir una ganancia…
Ya desde el amanecer experimenté que el miedo a la muerte y a la enfermedad se disipaban.
Este versículo de Pablo habla sobre el placer que experimentó dentro de sus dificultades; se dirige a los Filipenses, donde les habla sobre la alegría que sintió aun estando encadenado.
Y añade en otra ocasión: Bendito sea el Dios y el Padre de nuestro Señor Jesucristo, el Dios de todo consuelo, que nos consuela en toda nuestra tribulación, para que también podamos consolar a los que están en cualquier tribulación, con el consuelo con el que somos consolados por Dios.
Me sacude el alma este texto de tu hijo Pablo, siempre tan jubiloso, donde comparte con nosotros el consuelo que tu Padre nos ofrece en medio de las tempestades, y la alegría que experimentó aún en medio de su arresto.
Múisca: Rocio Madreselva – Soltar el ego