…esa extrema Belleza…

Esa extrema belleza, que, por carecer de rostro, se hace aún más extrema; esa extraña presencia vacante , que, horadando muros, mi beso alcanza en la afueras del tacto y el contacto; tan recia y tan presente en su inhabitable ausencia: la que en mi abrazo cruje más allá del cuerpo.
Esa ardiente pasión, sin nudos, que celebro sin otra pertenencia que mi propia desnudez.

 

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