Clareaba el Alba.
Y sigue clareando,
aunque es de noche.
La NOCHE es dura; sí, es arduo caminar en ella, pues en la noche no se ve más que eso, noche. Pero no olvides que la noche oscura es pregón de la alborada. También la condición del despuntar del alba. Confía, es duro, lo sé, pero confía y lucha, la luz te espera al final. No estás sola.
Confía. Sigue caminando, escucha el murmullo del arroyo que te lleva hacia la fuente; síguelo dejándote empapar los pies de las aguas que limpian y acarician tus heridas. Son tu guía. Sin más luz que tu esperanzada intuición. Otras y otros caminaron por ti abriéndote AMOROSAMENTE ese sendero. La noche oscura no es oscura, sólo es eso: noche. Mírala. Tu angustia es el cauterio suave. Y duro, por el que debes pasar sin contar las horas, por mucho que ahora te parezcan eternas.
Observa la noche sin huir de ella. Hazte su amiga. Y así saldrás del mundo de las horas, el teatro de los muertos.
….Y celebrarás que la herida de la ausencia y sinsentido sirvió de toque delicado y senda hacia el despertar a otra conciencia diferente a la ciénaga en que las mayorías abrevan.
Se extinguirá nuestro yo, con sus voces, con su mente, con su cuerpo. No así el Amor que los creó, que los nutrió y mantuvo hasta el extremo de aventarse cual polvo enamorado en los confines de la Tierra. De ahí esa confianza inextinguible en la Fuente de la Vida…Y esta, se desparrama con sus abrazos, a través de otros brazos y abrazos que en nuestro rostro exudan la miel de su Ternura. Lo sé.
Rafa Redondo
Tú, mi fuerza salvadora. Tú me sostienes; Tú sabes lo que mi corazón anhela, pero no quisiera yo apartarme de tu voluntad. En tus manos taladradas, hechas para abrazar y bendecir, confiado deposito mi vida…
Rafa Redondo
Música: Faith´s Hymn – Beautiful Chorus