El Hijo del Hombre engendrado en nosotros

“Todos estamos llamados a ser madres de Dios. ¿Pues qué bien me hace a mí si el eterno nacimiento del Hijo divino ocurre incesantemente, pero no ocurre dentro de mí? Y qué bien me hace a mí si María está llena de Gracia pero yo no estoy también lleno de Gracia? ¿Qué bien me hace a mí si el Creador dio a luz a su Hijo pero no lo hace en mi tiempo y en mi cultura? Esto es, entonces, la plenitud del tiempo: cuando el Hijo del Hombre es engendrado en nosotros”.
Maestro Eckhart, S. XIII

“No somos seres humanos buscando una experiencia espiritual, sino el Espíritu haciendo una experiencia humana en nosotros.”
Atribuida a Teilhard de Chardin, S. XX

«No soy yo ya quien vive, sino Cristo quien vive en mí»
Pablo de Tarso, S. I

«No soy yo quien come, camina o duerme, sino el Buda quien come, camina y duerme.»
Bankei Yotaku, S. XVII

“¿Cómo puede ayudarte que Cristo encarnase en su tiempo, si no encarna también en tu alma? Que su nacimiento se haga carne en nosotros cada día y lleguemos a vivir en primera persona la experiencia de Pablo”.
Origenes de Alejandría, S. II

“Hasta que Cristo no nazca en tu interior, tu alma no estará entera, aunque en Belén mil veces más naciera.
Angelus Silesius, S.XVII

«El verdadero Camino es en realidad sencillo, se trata de no escoger».
Sôsan Daishi (Shin Jin Mei), S. VI

«Bodaishin, el interior impulso de buscar»
Kakuan Shion (Jûgyûzenzu, 1er dibujo del boyero), S. XII

Está bien disfrutar de las fiestas con la familia, los amigos, hacer regalos… lo que nos alegre y unifique, está bien. Pero para la persona que se toma en serio la práctica espiritual, conviene no perder el foco sobre lo que implica la Navidad, que es la germinación de lo divino en lo humano, la encarnación, eso de lo que hablan los místicos de todas las épocas. El Padre haciéndose hijo, que germina en el interior de la Madre, el Vacío haciéndose forma, la semilla del Satori germinando en el Tanden.

En la tradición Zen se habla de Bodaishin, el impulso hacia la Verdad que germina en el Centro del ser humano. No tiene lógica, por tanto, es «sin pecado concebido». Es puro, no está contaminado por el makyô, el engaño, la racionalización.

Si se cuida esa semilla, germinará. Debe ser regada con la práctica, la atención y la confianza. Sin prisa, sin expectativa, sin condiciones, sin pretender que crezca como me gustaría, o que no crezca como no me gustaría. Sin escoger, solo hacer tu parte, confiar, calmar las aguas y afinar la escucha. Confiar, practicar con atención, esperar. Practicar, vivir con atención y compasión, confiar, confiar, confiar.

Confiar.

Feliz Navidad a todxs.

Pablo Garmendia

 

 

Música:  Bil Douglas. – Deep Peace

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