Por dentro y por fuera , como plumas heladas, se deprenden lenta y suavemente los
copos de nieve sobre la piel del silencio. Sólo late el chasquear, el solitario susurro de
mis pasos hacia el zendo.
Por dentro y por fuera, todo, y sin hacer apenas ruido, se transforma. Asfalto blanco
al aliento ventoso de la noche.
Los practicantes de Zen, emulando a los copos, se van sentando y asentando en
recogida quietud: cada uno en su sitio, hasta perder su huella al roce del Aliento.
Con la luz de anochecida, el paisaje, en pocas horas, ya se ha transformado. Por dentro y
por fuera; sí, por dentro y por fuera.
Presencia que no llega a existir,
ni cesará de ser. La que nos late.….
Soltarse, sí, -entre alivios y dolores- de una realidad fingida, aunque presentada y re-
presentada como lo real. Liberarse de la realidad falseada, de la posesión ilusoria de un
ego que el mismo viento desvanece. Liberarse supone para mí tener el valor de
detenerse sin dejarse retener; y, sobre todo, tener el valor de mirar cada hora mi falsa realidad revestida de
verdad, pues considero ser falsa toda construcción mental que se resiste a ser soñada y
vivida. Sentarse en silencio, entornar la mirada a mis adentros, en un esfuerzo por captar
lo invisible, es mi propuesta que te invito en este anochecer a hacerla vida.
Me retiro por un tiempo a que me arreglen el cuerpo; mis disculpas por si algún escrito mío os ha podido molestar. Eso me pasa cuando hablo sobre Jesús.
Hasta pronto
R.R.
Foto Susana y Lander
Música: Day of song – Bobby McFerrrin