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…Enorme es la fuente…

 

Enorme es La Fuente cuando el ser de la existencia se deja regar por lágrimas sin causa, y los agradecidos brazos se elevan, solos, automáticamente, penetrando los insondables cielos de la aurora. Consagrándose como Mundo. La

Ausencia, entonces, clama, fulge. Hace su aparición lo que jamás estuvo. La ausencia deviene Presencia. De ahí su imán.

Y constaté: sólo vislumbra el alba quien sabe –y no sin dolor- vislumbrar la noche.

Por eso, humildemente puedo afirmar cuán dócil a su reclamo misterioso, la luz amaneció en la quietud de mis escombros, hasta sentir su tacto. Cielo sin nubes. Ausencia del yo en la muerte de mi muerte. Desde ahí la Presencia.

…Adentrarse en el desierto…

Adentrarse en el desierto, lejos de oasis y espejismos; regresar a la sed, ahondar en la sed. Ser sed … No ansío lo que sé, ni lo que veo; más bien lo que no puedo ver ni se puede saber. Se hundirán las religiones, con sus templos, no mi sed de Absoluto

Llevado por mi sed de Tí
bebía yo de mi propio sudor,
mientras, desesperado, cavaba bajo el sol
en pos de un pequeño brote agua,
sin percatarme, torpe de mí,
de que el tan ansiado manantial
se hallaba en mi corazón.

¡MANOS ARRIBA! ESTO ES UN…ABRAZO

¡MANOS ARRIBA! ESTO ES UN…ABRAZO

 

Durante los gestos primigenios Rafa, maestro Zen y maestro de la Vida, nos invitó a re-parar en lo que nuestras manos SON:

Mis manos son primerizas en Berriz y se abren de par en par para agradecer, una y mil veces, la experiencia allí vivida.

Desde el inicio, descubro manos acogedoras, que tocan y se dejan tocar… manos amorosas, que respetan, abrazan y no juzgan. Manos desnudas de superficialidad. Manos sencillas, que no simples. Manos disponibles; que acompañan con delicadeza, esmero y mucha, mucha paciencia.

Soy testigo de:

Manos, que consuelan y calman un cuerpo frágil.

Manos, que regalan caramelos para esa tos inoportuna.

Manos, que se unen y re-unen para orar, aunque sea en latín.

Manos, que se dejan humedecer por la lluvia y re-descubren el arcoíris con asombro y ojos de niña.

Manos que, contemplando la Naturaleza, se dejan contemplar por Ella; fuente de Vida.

Manos que cocinan con cariño. Manos que bendicen los alimentos; manos que parten, re-parten y comparten el pan.

Manos que en forma de ritual se unen para “saludar” al inicio y final de cada meditación.

Manos que encienden velas y cuidan flores. Manos que abren/cierran puertas y ventanas.

Manos que se mueven al son de la música del cuerpo, del viento, del silencio, de la respiración, del gong…!qué sé yo!

Manos que recogen las zapatillas del maestro olvidadizo, que arreglan micros, que organizan…Manos serviciales, fraternas, que son familia; comUNIDAD.

Durante el mongo:

Manos de la joven que reflexiona sobre el amor…

Manos de mujer, que abren un libro y lo sostienen con determinación para leer un párrafo y añadir con profunda alegría, lo que brota de sus entrañas.

ZUEN ESKUZABALTASUNAGATIK, ESKERRIK ASKO BIHOTZ- BIHOTZEZ!!