Archivo de la categoría: Poesía

Poesía es lo más cercano a la no palabra del misterio del Ser, el encuentro de dos silencios: el que no tiene forma, y el de quien se abre a la escucha. Dios, dijo el maestro Saramago, es el silencio del universo y el ser humano, el grito que da sentido a ese silencio.

Amanecer en IparHaizea

La noche se hizo antorcha.

Se oía la luz.

Se acercó vestida de fulgor de aurora y zendo. Como un resorte, nos levantamos hacia el ventanal para dejarnos inundar de ella, preñar, darnos a luz desde su luz. Y el kin-hin devino en gesto de cuerpo y alborada. Gesto abierto a la escucha del Gran Silencio…

Es que es tanta la belleza del amanecer cuando Seguir leyendo Amanecer en IparHaizea

Cada gota, cada gota

Abrirse al instante a la escucha del silencio que mora tras el ruido externo e interno.

Al silencio del Misterio que habla sin lenguaje.

Abrirse al prodigio de escuchar sin escucharme.

Días de lluvia y viento.

Cada gota cae -cada una en su sitio- rebotando en cada milímetro aún virgen, del vierteaguas.

Cada gota se estrella, deja oírse. Monótono repique de tambor, en cada tímpano.

Cada gota, acuoso clamor de fondo y vida inundada de Presencia.

Cada gota, humilde emisario del Ser que insta en los instantes a despertar.

Cada gota, milagroso latido del nacer y re-nacer en cada ahora.

Toda palabra de la lluvia persigue ser escuchada.

Calla, escucha… y ve.

Sencilla compañía

Alfonso Arámburu, pertenece a la floreciente sangha de Vitoria, donde imparto una vez al mes zazenkai. Es un hombre especial, como casi todos los componentes de esa comunidad, que ha traspasado la muerte, así como un caminante-meditador que conoce los montes bajos y altos de Euskal-Herria. Podría decir que es un buen salvaje al estilo de Rousseau, aunque, a diferencia del filósofo francés, sabe Seguir leyendo Sencilla compañía