La poesía es siempre la que elige al poeta
Durante la entrevista mantenida con Begoña Zubieta el 15 de febrero de 2012, el poeta habla de la relación que une la poesía con la meditación.
El viento del Norte sopla, se expande…
Durante la entrevista mantenida con Begoña Zubieta el 15 de febrero de 2012, el poeta habla de la relación que une la poesía con la meditación.
Pensar, ainda assim, é agir.
So no devaneio absoluto,
onde nada de activo intervén,
onde por fim até a nossa consciencia de nos mesmos se atola num lado
–so aí, nesse mono e húmido nao ser,
a abdicaçáo de acçao completamente se atinge.
Nao querer comprender,
nao analizar…
Ver-se como a natureza;
olhiar para as suas impressoes como para um campo –
a sabedoria é isto”.
Bernardo Soares (Livro do desassossego)
Despojado de todo lo nombrable, desasido de cualquier instante alguno. Mancillado por las llagas cuyo rostro son, en plural, el sufrimiento, único, de los seres que van apareciendo en el camino.
A veces cansado, muy cansado, uno se para y mira lejos, a penas atisbando más allá de la invernal cascada que el llanto seco deja en el sendero.
La ciudad se siente salvaje, como fiera acorralada intentando no tanto imponer su criterio cuanto no dejarse atravesar por el dolor ajeno. Pero su naturaleza sabe que por el camino por donde se transita, paso a paso, adentrándose con la vana esperanza de ahuyentar la incertidumbre de la duda, no hay remedio que no pueda conciliarse con lo inevitable. El abismo está ahí. No hay que saltar. No hay que huir. Simplemente hay que dar un paso y ser abismo. Despojarse de todo ropaje. Abandonar el nombre incrustado en la piel arrugada. Desasirse de todo recuerdo y abandonar la compañía de la mochila cada vez más hueca. Hueca del tiempo que ya no es tiempo.
Ser, siendo en cada instante, como la cascada escondida, transparente ante la mirada del niño, flujo de vida sobre el precipicio por donde la luz penetra para mostrar las sombras ocultas.
Traigo a esta página un poema de mi amiga y compañera de camino, Julia H. Reyna.
I
Nada me resulta más difícil
que desasirme;
si me escondo en Ti,
¿me ocultarás?
El yo aferrado a las vísceras,
es vísceras.
El yo integrado en la mente,
es mente.
El yo en la emoción se siente vivo;
es en la emoción.
Atrapada en mente,
emoción y voluntad,
en coraza que constriñe
la expresión del ser.
Incluso ahora, mientras escribo,
el yo habla de sí mismo.
Sólo oculta en Ti,
seré disuelta.
II
En el refugio de sus pliegues,
el ser se despliega.
Sólo basta un instante
para olvidar dónde me encuentro.
El yo despierta de su duermevela
activa sus garras y me atrapa en ellas.
III
A lo ilimitado,
a lo inefable me entrego
Abierta, desnuda,
sin condiciones ni condicionamientos.
El vacío suspendido
que sostiene en lo infinito,
el movimiento de la Vida.