Hasta entonces siempre la había visto de lejos, a través de la tele.
Hablaba otros idiomas, residía en otras casas. Siempre evitándola, llamándola de otro modo, cerrando los ojos o mirando para otro lado. Sabía de ella de pasada, en forma de papel pegado a alguna pared, o escondida en un coche oscuro. Le dedicaba media hora máximo, si ésta le tocaba a alguien cercano y acudía a la iglesia.
Siempre le sucedía a otras personas, mas mayores, que habían llevado mala vida o habían tenido mala suerte… hasta que un día se acercó tanto que se llevó consigo parte de mi: adoptó la forma de mi aita. ¡¡Ahí estaba la Muerte¡¡
La injusticia, como la Muerte, ha estado siempre ahí. Pero siempre se cebaba con gente lejana, de otros países, emigrantes, gente de mala vida, de mala suerte… se evitaba nombrarla y para hablar de ella se utilizaban Seguir leyendo La gran maestra→
El Cielo juega con nuestras falsas creencias y dogmas adquiridos por el tiempo y su inercia. Seguramente se divierte desmitificando lo que hemos ido endiosando a lo largo de los años. A veces el Maestro no luce ninguna barba blanca, ni habla con solemnidad,ni viste con majestuosidad… A veces los Iniciados no moran en las faldas de ningún Himalaya, sino más cerca de lo que nunca llegáramos a pensar. El Instructor, el Guía se manifiesta a menudo tras la faz más insospechada, más cotidiana… Ahora sé que no hay necesidad de seguir esos pasos santos en el otro extremo del mundo.
Apenas lo he visto en faena, pero no necesito hacer ningún esfuerzo para imaginarlo. La maestría no se manifiesta necesariamente sobre la moqueta acolchonada, entre atmósferas inciensadas, arropada entre músicas de otras esferas. En esferas más cercanas se esconden a menudo ejemplos que desconciertan. Hay infinitas formas de lavar, peinar, afeitar a una persona impedida. Imaginaros aquella que se derrocha en ternura, en cordialidad, en perenne sonrisa, en silente amor… Sólo hay un camino hasta el Seguir leyendo Los otros maestros, por Koldo Aldai→