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El viento del Norte sopla, se expande…

El dominio de la naturaleza emocional. El trabajo sobre el inconsciente. La sanación del pasado, por Annie Marquier

Es justo antes del alba cuando la noche es más oscura

calle-oscuraFrente a la paz y la serenidad que uno espera alcanzar al avanzar en la búsqueda de sí, podemos encontrarnos, al menos esa ha sido mi experiencia, con dificultades, confusión y sufrimiento. Uno puede sentirse impotente o «incorrecto”. Nos surgen entonces las preguntas: «¿Qué estoy haciendo mal?», «¿Es que mi intención no es correcta?», «¿Me guiará sólo la búsqueda de bienestar, en lugar de la verdadera motivación?». Uno de los porqués de la meditación es que la vida cotidiana cobre un sentido nuevo, pero en el día a día, las emociones a las que nos mueve la información no consciente que hay en nosotros, nos hablan persistentemente de miedos, amenazas, necesidad de afecto… Dice Ouspensky que en aras de la liberación uno debe estar dispuesto a darlo todo, a sacrificarlo todo, que es necesario tener un deseo ardiente, una fortísima intención… pero ¿y si aún así uno siente que el caos crece en el interior, que la oscuridad puede ser aún mayor, más profunda? Podemos dudar, entonces, de nuestra intención, de lo que nos guía. Aquí, en este punto, en esta «noche oscura del alma» en la que uno cree perder el sentido es donde aparece siempre una luz que nos salva de la desesperanza, para mostrarnos algo más, algo que no sabíamos, que no habíamos integrado aún. Esa luz, en mi caso, ha sido, esta vez, la de este texto de Annie Marquier, que os adjunto.

Alicia Martínez

El dominio de la naturaleza emocional. El trabajo sobre el inconsciente. La sanación del pasado.

Características de esta etapa

Es de gran importancia saber lo que nos espera en esta parte del camino, porque es cuando vamos a ser probados hasta lo más profundo de nosotros mismos. Es cuando surgirán las mayores dudas y los grandes miedos, y que en cada momento tendremos que tomar, una y otra vez, la decisión de avanzar hacia la luz. El hecho de comprender el sentido de esas pruebas y el lugar que ocupan en el proceso de transformación ayuda mucho a perseverar en el camino a pesar de las dificultades.

La naturaleza cíclica del proceso: expansión y contracción.

Las dificultades que aparecen en el camino se presentan de una forma muy especial, en el sentido de que no hay un desarrollo lineal, sino una alternancia de momentos en los que toda va bien y otros en los que todo parece ir mal. En efecto, el proceso de transformación, acorde con las leyes de la naturaleza, se hace según el Seguir leyendo El dominio de la naturaleza emocional. El trabajo sobre el inconsciente. La sanación del pasado, por Annie Marquier

Fragmentos de amor

El que cree vivir en el tiempo busca felicidad, y como la encuentra en él, en él la pierde. Preguntadle por la felicidad al sol de mediodía, preguntadle a la corriente de las aguas si le resulta necesaria a su frescura. Hemos visto volar al ave, trepar a las ardillas. ¿Qué tiene que ver la felicidad de fulanito en todo esto, en esta grandeza instantánea de la vida? ¿Qué cantidad de placeres, de bienes, de años y dignidades, nos dejaría del todo satisfechos? ¿Mejor y peor? ¿Para quién, durante cuánto tiempo, en base a qué parecer? Bien claro está lo que es un hombre, ¿qué puede la felicidad hacer por él? La hierba está creciendo, pasan unas nubes, y no hay destino para ellas. ¿Es que no pasamos nosotros, por ventura, como esas nubes? ¿Cómo podríamos entonces ser felices o infelices? ¿Qué hay de la dicha de la comprensión? Ver que el saco está roto, sólo eso nos cumple.

Cuanto más desees agradarte, más interminable será tu descontento. Si caminas por Seguir leyendo Fragmentos de amor

Emociones y meditación

En la meditación Zen, sostenemos nuestra atención en la respiración Hara. Se trata de ir despertando la sensibilidad de esa zona (interior del abdomen, 3-4 dedos por debajo del ombligo), sintiendo cómo si la respiración se localizara allí. Nuestras atención debe estar focalizada en dicho lugar, desarrollando la capacidad de observar lo que ocurre sin intervenir con nuestro pensamiento.

Meditas, y aunque no sea fácil, sabes cómo lidiar con los pensamientos, para que no distraigan tu atención sostenida en la respiración. Rafa Redondo lo ha sugerido en multitud de ocasiones. En la inspiración, los llevas al hara, y desde allí, en la espiración, los guías suavemente, incluso con ternura, a través del kikai-tanden (interior del abdomen, cinturón lumbo-abdominal, caderas, piernas), dejando que atraviesen las plantas de los pies y se diluyan en la tierra. Una y otra vez, sin ningún tipo de enfado o rechazo al pensamiento que surge (ya que es tan hijo tuyo como el silencio, y sin uno, no conocerías al otro). Lo llevas con suavidad, como la foca empuja amorosamente a su cachorro hacia el agua, en su primera zambullida. Sabiendo como sólo una madre sabe, que tras el miedo inicial a soltar la tierra conocida, no hay abismo mortal, sino la puerta de una nueva vida, fresca y fluida. Y cuánto más árida es la sentada, cuántas más veces te sorprendes divagando en pensamientos, mejor es la meditación, porque más veces practicas el ejercicio de volver a la respiración. Si te enfadas porque te sigues dejando llevar por el pensamiento, sigues esclavo de él. Trátalo con ternura, “acompáñale a la puerta”, con amabilidad, y deja que, simplemente, sin intervención por tu parte, ocurra la respiración y el pensamiento se diluya en ella. Déjate respirar.

Mascaras y teatroEso lo sabes, pero la cosa se complica cuando es una emoción la que perturba tu abismamiento. Porque la emoción se enreda con el pensamiento, y a esa sensación en el cuerpo (nudo en el estómago, sudor frío, debilidad en las piernas, presión en el corazón, carne de gallina, apretar de mandíbulas, tensión en Seguir leyendo Emociones y meditación