Archivo de la categoría: ¿Qué busca el viento cuando sopla?

El viento del Norte sopla, se expande…

La lección de la Vida

«Me ha sido arrebatada el alma, al igual que la cabeza, sin que mi ser pudiera hacer nada para impedirlo.»

Teresa de Jesús.

Cuando estamos inmersos en la desesperación es difícil verse con la distancia suficiente para entender porqué y para qué. Es más difícil aún aceptar que no hay que hacerse preguntas, sólo confiar. Pero el fluir de la vida no cesa. «El deseo de luz, produce luz» dice Simone Weil y con eso basta. Dice ella también: «Es realmente la luz lo que se desea cuando cualquier otro móvil está ausente». Por eso, ni siquiera hay que preocuparse de anhelarla, sólo precisamos quedarnos en esa desnudez de pretensiones, y ni siquiera tenemos que preocuparnos por eso, porque la vida ya se encarga de dejarnos a la intemperie. Dice Pablo d’Ors:  «yo medito para tener fe en la meditación», y creo que es muy cierto, que sólo es necesario entrar, como decía Teresa de Jesús en ese «castillo interior», lo demás se nos da por añadidura.

Este texto de Suzanne Zuercher me ayudó a tomar distancia y como el vuelo del águila verme con una mirada más amplia y compasiva.

Alicia Martínez

PROCESO EVOLUTIVO DEL SER HUMANO

Suzanne Zuercher

La espiritualidad del eneagrama. De la compulsión a la contemplación.

Si emprendemos el camino hacia nuestra plenitud por el sólo hecho de controlar el proceso, habremos asegurado su fracaso. Para llegar a ser una persona completa, necesitamos volvernos contemplativos, estar alertas y conscientes de nuestra realidad interna y externa según se nos presenta momento a momento.

La primera tarea de la vida

El paraíso en el que empezamos

«Ser amado es un derecho adquirido por nacimiento. La boca está programada para coger el pecho; la piel reclama su derecho natural a ser tocada; el corazón permanece tranquilo al latir al unísono con otro; las manos se proyectan en un mundo presumiblemente amistoso. Todos suponemos que este espacio estaba preparado para nosotros, nos da la bienvenida y se regocija con nuestra llegada. Crecemos con una fortaleza exactamente proporcional a nuestra confianza.»

Sam Keen

Este inicio nos produce la sensación de que somos importantes y valiosos para alguien. Como Adán y Eva también nosotros queremos ser independientes. Podríamos decir que queremos (y también necesitamos) desarrollar nuestro propio yo, nuestra personalidad individual. Esta urgencia por actuar por nuestra cuenta es una fuente de energía vital. Alguna parte de nosotros mismos de vez en cuando desea un Paraíso, incluso aunque sepamos que la vida nos llama hacia la responsabilidad personal. Sin embargo vemos que dirigir nuestras propias vidas es algo necesario para vivir. ¿Qué es lo que transforma nuestra existencia protegida y cuidada en algo no deseado?

Organizar la realidad por nosotros mismos libera y responsabiliza, pero también decepciona. Sufrimos un error fundamental y necesario, una vida que asegura la formación de nuestro propio yo. Ese error básico consiste en Seguir leyendo La lección de la Vida

Las espaldas de Dios

Buscar fuera es un impulso de nuestro pequeño yo asustado, que quiere agarrarse a una mano tendida que le salve de la incertidumbre y del vacío. Perdimos la confianza, o la ocultamos dentro, y con ella, perdimos también la esperanza en el vivir.  Esa confianza aún nos aguarda dentro, y por eso la vida nos empuja, nos anima, a realizar ese viaje, ese descubrimiento maravilloso de lo escondido (etimología de Apocalipsis). Ningún viaje está exento de peligros, más bien, todos los viajes conllevan la superación del miedo, la vivencia del miedo, y éste, siendo el viaje más importante de nuestras vidas, no podría ser de otra manera. Este viaje se hace en una cierta soledad, con nuestro propio paso, nadie nos puede evitar afrontar ese miedo. La realidad nos aguarda. ¡Tantos maestros nos indican el camino! Este viaje debemos hacerlo en la noche de lo que conocemos, requiere nuestra entrega. En esta vida acelerada y dispersa, para entrar dentro, primero tenemos que pararnos y despertar del sueño de que lo que necesitamos está fuera, después es necesario soltar. El dolor consciente nos despierta muchas veces del sueño, y se convierte en nuestro mejor pasaporte en este viaje para recuperarnos, para pertenecernos.

Las espaldas de Dios. El descubrimiento maravilloso de lo escondido

«No te hallaba, Señor, de fuera, porque mal te buscaba fuera; que estabas dentro.»

San Agustín. Soliloquios.

«El reino de Dios está dentro de vosotros.»

Lucas 17, 21.

«Vosotros sois templo de Dios.»

2 Corintios 6, 16.

«Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; más no Seguir leyendo Las espaldas de Dios

Crisálida

Carta de presentación a la Shanga IparHaizea

Llegué a conocer la Shanga IparHaizea siguiendo la pista de Rafael Redondo, tras leer el que entonces era su último libro: El brotar del asombro. Como los perros de caza, una vez que olisqueas lo que vas buscando, no paras hasta encontrarlo. El aroma de ese libro era el del corazón, el de mi propio corazón, por eso emprendí esa búsqueda. En IparHaizea fuísteis tan amables de ponerme en contacto con Rafael y le escribí una carta. Desde entonces tengo la enorme suerte de no haber perdido el contacto con él, ni tampoco con vosotrxs. Recibo los correos informando de vuestras actividades, y si no fuera porque en este camino, la aceptación de lo que es, es la mejor de las compañeras, diría que os tengo una sana envidia por la suerte que tenéis de contar con Rafael, tan cerquita (yo vivo en Sevilla), y de haber creado entre todos ese espacio que, aún sin haberlo vivido, sé que es un espacio de amor y de maduración.

Lllevo unos 15 años (ya voy perdiendo la cuenta) practicando meditación. Mi camino no tiene forma alguna, porque es el Silencio, el Silencio del corazón.  Entré en él de la mano de un maestro, J.F. Mortiel, después él se convirtió en gaviota y se fue volando en un atardecer malagueño, y yo seguí caminando sola, adentrándome donde él me había indicado, en mi propio pozo, en mi propio corazón. Él decía que en el Silencio, en la práctica de meditación, no había que introducir nada, sabiendo de nuestro afán de hacer, sino dejar que sugiera, aguzar el oído para escuchar el susurro de lo que somos, y nos decía que ahí podríamos oír incluso la armonía del cosmos, porque todo está en nuestro corazón. He compartido la práctica con escuelas de zen, con prácticas de budismo tibetano también, sintiéndome como en casa en todas ellas, pero siempre vuelvo a la quietud silenciosa, a la espaciosidad del Silencio desnudo, que fue donde «me crié», que es mi patria sin fronteras.

No tengo aquí la suerte de contar con un espacio como el vuestro, aunque sí comparto con vosotros la fortuna y el agradecimiento de escuchar a Rafael. Escucharlo es recibir la vida, mirarse en un espejo claro y límpido que nos permite vernos. Por eso empecé a enviar algún escrito, porque me sentía cerca de vosotrxs, aunque no haya pisado aún el zendo. Dice Nisargadatta que Seguir leyendo Crisálida