Archivo de la categoría: Palabras para acompañar

En este espacio, se brinda esa compañía que emerge desde lo más profundo, de alma a alma.
Palabras que, desde la presencia, dan la mano a la persona en el proceso de autoconocimiento.
Un pequeño lugar de encuentro y reflexión en el – a veces difícil- Camino cotidiano.

El valor de des-aparecer

Si tienes el valor de quitarte de en medio,
puede llegar un día,
quizá un momento cumbre,
en que tu sombra brinque del suelo y te abandone.
Y la copa vacía de tu existencia,
(o de tu inexistencia)
inundada de luz,
haga crujir la luz,
reviente sus costuras
y como un enorme brazo abrace el Cosmos.
Si tienes el valor de quitarte de en medio…

No soy mis pensamientos. No soy mis sentimientos. No soy mis deseos. No soy mi cuerpo. Es una verdad inamovible que yo no soy lo que percibo o veo.

Entonces, ¿qué es lo que soy? Soy aquello que no puede ser pensado, ni sentido, ni deseado, ni concebido. La condición del despertar a lo que verdaderamente soy es mi propia desaparición. Sin dejar huella, Tan sólo se ilumina quien Seguir leyendo El valor de des-aparecer

La palabra silente

A mis amigos poetas Vicente Gallego, Eloy Sánchez Rosillo, José Rubio y Hugo Mujica. A la Sangha Ipar Haizea.

….Me refiero a la auténtica palabra poética que se da en el mismo extremo del lenguaje; palabra que no hablamos, verbo interior que nos acompaña cuando acallamos el verbo exterior. Hablo de la palabra silente, la que habla por nosotros dando paso al ser latente que se deja decir en nuestro lugar, el Verbo que nos antecede y constituye, porque callar no es dejar de hablar es dejar hablar al silencio que nos invita a callar. Y quitarnos de en medio.

Palabra –o, más bien, antepalabra- exenta aún de significación, aunque colmada de Seguir leyendo La palabra silente

La mochila de IparHaizea

Por cualquier camino que se suba a la montaña, La luna que se divisa desde la cumbre es la misma.En el espacio Zen de la sangha (grupo, comunidad…) Ipar Haizea, de Bilbao, destaca, entre otros tres bellos y grandes cuadros realizados por nuestra compañera la artista Sol Mateos, un óleo mural que personalmente me hechiza. Se trata de la representación de un caminante, que, ayudado de un largo bastón que le sobrepasa, y de una mochila ligera a sus espaldas, va atravesando un valle entre escarpadas montañas. El cansino caminar del peregrino que plasma el lienzo, además de ser un canto a la sobriedad Zen, supone todo un símbolo de lo que en el fondo somos y quisiéramos seguir siendo: compañeros del Camino des-prendidos de lo innecesario y, sobre todo, libres como el viento; no aferrados a propiedad alguna, arraigados en la misma raíz del desarraigo, muy abiertos a compartir la experiencia del Ser que nos habita y fortalece, el que se afirma y consolida en cada uno de nuestros pasos.

Vivir – señala un gran poeta – es aprender a andar descalzos, / yendo con gratitud hacia el misterio. / Bien lo sabéis: jamás tuvimos nada, / ni la casa ni el nombre que nos dieron. / Mas crece nuestro amor por esta nada / en la que vemos más de lo que vemos, / tan preñada de luz y oscuridad, / tan copiosa de música y silencio.

Pero el lugar más emblemático, definidor de lo que allí se vive, es un rincón escondido del Seguir leyendo La mochila de IparHaizea