Archivo de la categoría: Palabras para acompañar

En este espacio, se brinda esa compañía que emerge desde lo más profundo, de alma a alma.
Palabras que, desde la presencia, dan la mano a la persona en el proceso de autoconocimiento.
Un pequeño lugar de encuentro y reflexión en el – a veces difícil- Camino cotidiano.

El miedo

Piranesi9cEl miedo es el mayor cómplice de la ignorancia: separa, es gregario, envenena los artículos de opinión, dice no tener dios, aunque adora el dinero. El miedo dice no tener ideología, aunque está afiliado a los partidos llamados moderados y a las religiones, escuelas o líneas de espiritualidad establecidas.

Se hace imperativo crecer libre de dogmas, pero nos aterra la libertad y la soledad del libre, punto de arranque de la madurez total. El individuo libre sabe estar solo. El miedo nubla nuestra verdadera naturaleza. El miedo miente, pero seduce; tiene poder, tiene tarjeta de crédito, preside las multinacionales, está presente en los consejos de administración, destaca en los grupos de presión, crea golpes de estado, nombra a los papas, obispos y rectores.

Pero al ser humano le ha sido dado soñar el Seguir leyendo El miedo

Desdibujarse

Tarde de domingo, febrero en lluvia y soledad. El día dobla su espinazo.

Estar presente en la Ausencia que habita los adentros, comenzando por espantar la propia imagen de los charcos; arrancarla del espejo, borrarla de facebook, abdicarla de toda copia o fotocopia.

Alejarse de iconos fabricados, liberarse de efigies aprendidas.

Desaparecer en la Inocencia.

Si llega la representación de dios deséchala, que Seguir leyendo Desdibujarse

Gesto en Saibigain

Nuestros brazos, apéndices del tronco, hoy se alzan al viento como ramas despojadas. Manos vacías, derramadas de uno mismo hasta el horizonte sin costuras. Cercana lejanía. Se extingue la noche al alumbrar su aurora. Es preciso quitarse de en medio, extinguirse, como condición de un gran alumbramiento. Indestructible fragilidad temblando en los destellos de lo oscuro. Fulgor en la fragua de Urkiola amanecida.

Se desvela el numinoso estruendo de la oquedad del Dios Vacío y esculpido roquedal. Manos alzadas, que no aferran, que sueltan y conceden; manos como pies, que desandan sus propias huellas; manos del manantial, silencio inmóvil del Seguir leyendo Gesto en Saibigain