Archivo de la categoría: Desde el silencio

Eso

No me engaño, lo escucho claramente:
el dictado es exacto. Me conmueve
su lenguaje sin voz, silente nieve
que atempera el incendio de mi mente.

La deja en su honda paz. Muy largamente
contemplo el quieto Fondo que hoy me mueve
a alzarme a mis adentros, donde llueve
rocío de alba en lágrima silente.

¡Cuán claro es tu dictado, tu presencia
sin verbo, sin acento, sin fonema,
sonando en sinfonía con la nada!

¡Qué clara es, Dios, tu presencia en tu ausencia
que hoy se ensancha en mi pecho hecha poema,
recordándome el don de no ser nada!

Con las palmas al viento

Con las palmas al viento

El satori del anciano

Ya el nacer es un dolor, cantaba la voz, hecha grito, de Raimon, en aquel año de gracia de 1968. Pero un dolor que se celebra porque inicia una partida. Marca la Vida, siendo Presencia hacia el sentido de existir. Partir -que proviene de parto- es un alejamiento del útero materno, un viaje-viraje del placer de la placenta hacia la madurez que busca renacer en cada instante, que inaugura el manifestarse en la conciencia-carne-materia, donde el alma se fragua en forma y gesto. Alcanzar a ser el propio gesto -dejarse gestar- ser la propia gestación, sin imitar a ningún ser ajeno a mí, por muy sagrada y ejemplar que haya sido su huella.

Buscamos nacer desde la Ausencia; renacer en la creación de un poema, florecer desde Seguir leyendo El satori del anciano