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Un corazón sin coraza

Yo te vivo , Jesús, como un ser humano que alcanzó la plenitud del Ser, y te siento como un hermano, como un Dios de carne y hueso que desea que viva en libertad en un nuevo modelo de Presencia no menos corporal que late en mis latidos.
Jesús de Nazareth, un corazón sin coraza, enteramente nuevo, en una conciencia nueva, en una mente nueva, en un cuerpo nuevo y libre de todo miedo. Te siento como un Camino a seguir: Creedme, yo he vencido al mundo…
Tú, Jesús de Nazareth, una potencia radical, un Maestro de imparable amor, que viniste a despertarnos, que continuamente nace, renace y amanece en todo corazón desalojado de sí mismo
Rafa Redondo

 

 

Música:  Enya – Only Time

Fui alcanzado por ti.

 

Escribir desde la no-palabra es tratar de hacerla audible, aunque, por otra parte, habrá que recordar que el lenguaje no se reduce a lengua-, y los buenos escritores saben bien de la fuerza
que emerge del silencio, pues él modela sus palabras. Por esa razón la poesía esencial es una actividad del lenguaje del silencio, un gesto del ser destilado del Vacío, un ritmo verbal rendido, más bien inmolado, de antemano a lo incomunicable, mediante el que espera la epifanía de una Presencia curiosamente emanada de la Ausencia
Rafa Redondo
Fui alcanzado por ti. Eso creí durante años; pero lo cierto es que Tú ya estabas en mi corazón, en lo más profundo de mi ser. Te anticipaste. Y te sigo escuchando en el corazón del silencio, donde el fuego de tu Espíritu arde dentro de mis huesos.
Rafa Redondo

 

Múisca: Pachelbel – Canon in D Major

 

 

Dejar a Dios ser Dios…

Me abro a la acogida de aquello que brota cuando me depongo. Me abro a la nada de esta misma hoja vacía donde escribo, que me insta a la apertura, al destello de un don, de ese Tú sólo le permito brillar cuando me aparto .
Abrirme al Misterio,
callar, dejarle decir.
Dejar a Dios ser Dios…
Vaciarme, para dejar paso a la escucha,
del dictado que en todo se transciende.
No hay puerto ni parada, ni posada fija.
Todo encuentro es el brocal de otro pozo,
el umbral de otro camino,
el escalón hacia otro escalón del infinito.
Rafa Redondo
Me abro a la acogida de aquello que brota cuando me depongo. Me abro a la nada de esta misma hoja vacía donde escribo, que me insta a la apertura, al destello de un don, de ese Tú sólo le permito brillar cuando me aparto .
Abrirme al Misterio,
callar, dejarle decir.
Dejar a Dios ser Dios…
Vaciarme, para dejar paso a la escucha,
del dictado que en todo se transciende.
No hay puerto ni parada, ni posada fija.
Todo encuentro es el brocal de otro pozo,
el umbral de otro camino,
el escalón hacia otro escalón del infinito.
Rafa Redondo

 

 

 

Música: Ludovico Einaudi – Nuvole Bianche