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Hacerme disponible en cada instante

 

Quienes por largo tiempo abandonamos el hogar nos hallamos en condiciones de experimentar la ternura incondicional de quien de nuevo nos recibe sin pedirnos cuentas o valorar si somos trigo limpio; porque el día del regreso nos fue dado ver que jamás muere la ternura no nacida, ni extinguirse el amor incondicional de la Fuente de la Vida. Lo sé.

 

Rafa Redondo

 

Vamos siendo a medida que entregamos nuestro ser, porque el Ser es continuamente cesión de si mismo.
(Javier Melloni)
«¿Qué puedo tener y poseer
que no me haya sido dado?»
Me pregunto en medio del espejismo
de sentirme egocentrado
y querer autoimponerme…
Mi cuerpo y mente
y todo mi existir
me fueron y son cada segundo regalados;
tan sólo se respiran como don
del ser de un Ser que es donación.
Y alma del mundo.
Hacerme disponible en cada instante,
mi única manera
de vivirme en el mundo con sentido.
Vamos siendo a medida que entregamos nuestro ser…
Rafa Redondo

Múisca: Nhüng Bán Nhac Có Trang Nöi

Dejarse respirar

 

Jesús no vino aquí para fundar religión alguna, sino para despertar la dormidera colectiva que crea ídolos externos sin percatarse de quiénes verdaderamente somos -el Reino de Dios «está en vosotros mismos»-, porque el Mesías de los pobres no llegó aquí para ser adorado en una peana, sino para mostrar un camino de transformación liberadora; como tampoco vino para formar castas sacerdotales, ni organizaciones jerarquizadas, ni vino para que le imitáramos viviendo su vida sino para que viviéramos profundamente la nuestra.

 

Rafa Redondo

Cuando al observar el giro que tomaba mi vida en 1987, mis más cercanos compañeros del claustro de la universidad, poniéndome en aviso sobre la peligrosidad, según ellos, de la práctica de la meditación como factor aislante del mundo, al preguntarme sobre este aspecto, yo siempre he venido respondiendo tanto a cristianos como ateos o marxistas que lo que tengo en gran certeza es que esa práctica, lejos de encapsularme buscando no sé qué armonía dulce, me hace cada día más disponible para con el mundo.
El simple hecho de «dejarse»· respirar soltando y recibiendo… El sencillo hecho de fijarme en el paso que dejo atrás -lo viejo-, y la apertura a lo nuevo que anuncia el paso hacia delante es algo así como apartarme a un lado, ahuecarme, para dejarle espacio a ESO que llamamos Dios, permitiéndole ser en mí, abriéndome a él de par en par. Una suerte de des-nacer que es des-morir. y re-nacer
Soltarse, sí -entre alivios y dolores- de una realidad fingida, aunque presentada y re-presentada como lo real. Liberarse de la realidad falseada, de la posesión ilusoria de un ego que el mismo viento desvanece. He visto que liberarse supone tener el valor de detenerse y, sobre todo, tener el valor de mirar cada hora nuestra falsa realidad revestida de verdad, pues falsa es toda construcción mental que se resiste a ser soñada y vivida. Sentarse en silencio, entornar la mirada a mis adentros, en un esfuerzo por captar lo invisible, es mi
propuesta que te invito a hacerla vida.
Podrás perderlo todo, pero no la capacidad de asombrarte del continuo milagro de existir.
Sí dejaras de amar un sólo instante, Tú,ESO que llamamos Dios, dejarías de existir, porque no eres para mí un ser que ama: eres amor, el amor con que yo amo – o quisiera amar-a mis semejantes, y ellos lo hacen conmigo. Amar hasta el extremo. Estoy hablando del límite de lo humano. Si viviera el amor como un mandato, y sé bien lo que me digo, yo sería un fracasado. El Amor, a pesar del egoísmo instalado entrenosdotros, ha prendido en al mundo; es la Energía que me -nos-mantiene y sostiene, incluso para sentirme uno con mis enemigos.
Rafa Redondo

 

Múisca: Claude Debussy

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Mi gran Amigo Eloy Sánchez Rosillo, sin pertenecer a escuela de ningún tipo, vive la luz a su modo. Un ejemplo de que el Espíritu se derrama sobre todo ser viviente con independencia de toda condición. Este gran poeta vino a Bilbao a visitar a su amigo Rafa, y le trajo este luminoso regalo, que, agradecido, comparto con vosotros:
«La luz»
No se puede prever. Sucede siempre
cuando menos lo esperas. Puede pasar que vayas
por la calle, deprisa, porque se te hace tarde
para echar una carta en correos, o que
te encuentres en tu casa por la noche, leyendo
un libro que no acaba de convencerte; puede
acontecer también que sea verano
y que te hayas sentado en la terraza
de una cafetería, o que sea invierno y llueva
y te duelan los huesos; que estés triste o cansado,
que tengas treinta años o que tengas sesenta.
Resulta imprevisible. Nunca sabes
cuándo ni cómo ocurrirá.
Transcurre
tu vida igual que ayer, común y cotidiana.
«Un día más», te dices. Y de pronto,
se desata una luz poderosísima
en tu interior, y dejas de ser el hombre que eras
hace sólo un momento. El mundo, ahora,
es para ti distinto. Se dilata
mágicamente el tiempo, como en aquellos días
tan largos de la infancia, y respiras al margen
de su oscuro fluir y de su daño.
Praderas del presente, por las que vagas libre
de cuidados y culpas. Una acuidad insólita
te habita el ser: todo está claro, todo
ocupa su lugar, todo coincide, y tú,
sin lucha, lo comprendes.
Tal vez dura
un instante el milagro; después las cosas vuelven
a ser como eran antes de que esa luz te diera
tanta verdad, tanta misericordia.
Mas te sientes conforme, limpio, feliz, salvado,
lleno de gratitud. Y cantas, cantas.
Rafa Redondo

Música:  Haendel – Sarabande