Todas las entradas de: IparHaizea

…un constante mutar…

Quisiera ahorrarme el dolor, la impaciencia que trae consigo, y el sufrimiento que con él acecha. Pero (llegó la adversativa) aunque no lo deseo como amigo, me ofrece la oportunidad de abandonar lo que, pretencioso, creía saber o conocer de mí. Y eso me hace libre.

 

 

Cambia de forma
o se desnuda de ella.
Un constante mutar
que nunca extingue.
Sopla salvajemente
donde le da la real gana.
Al filo de este instante
engendra el alma
que atraviesa tus poros.
Escucha, por favor, escucha,
pero no a mí, escucha al SOPLO…
¡Joder, no te distraigas!
 R.R

 

 

Música:  Bill Douglas _ Heaven in a Wild Flower

 

 

No se aparta la luz de quien no huye de las sombras…

En el Peine de los Vientos palpé esa Presencia hecha Viento, Vacío y roca. Materia trascendida en diosa Mater.
…Situarse allí, al declinar la tarde, cuando el sol poniente, apoyado en el pedestal de las postreras nubes, esparce su luz residual, troceada en mil haces, quebrada y repartida como un Cristo que se parte y se trocea en el Pan de cada ola.
Morir así, desprendido, disponible, entregado al Ser, fundida en la Unidad nuestra ya lograda forma, al par que la tarde se arrodilla ante su propio ocaso; allí donde el Vacío deviene disco incandescente.
Tener el coraje de transitar por tus adentros como caña vacía que el aire bambolea, donde se cuela el Viento y torna en melodía sutil, lejana, de otro mundo, Aliento que todo lo desnuda, poema sin poeta. Para al fin clamar con fuerza a esta miedosa y amedrentada tierra occidental que el Ser del Viento te acompaña, que nadie tenga miedo, que has vencido al mundo y en tu despedida lo has preñado de esperanza.

 

No se aparta la luz de quien no huye de las sombras…
(¡Cuánto se puede ver al no ver nada…!)
Ver fluir los instantes
como fluye el alba tras la noche.
Saber resistir el estallido de la umbría en plena luz,
captando, y, si es posible, celebrando, la fluencia del Ser
en la entrelínea de las luces y las sombras.
Cuando el maestro interior toma las riendas de la existencia, se ve forzado el hombre a dejar toda posesión y posición logradas. Llegado a una determinada frontera, se plantea –y no sin sufrimiento- la disyuntiva de adaptarse al entorno o saltar al vacío. Este salto comprende a la vez la destrucción total y una nueva vida. Cuando el hombre tiene el valor de dar tal salto, desaparecen la disyuntiva y las fronteras. Y todo se hace uno, Uno.

 

Música:  Bobby McFerrin – Everytime

…Buscaba yo a tientas…

Buscaba yo a tientas dónde poder posar mis brazos para remar junto a los tuyos, e igual que Tú: a contracorriente.
Al mirarme y verme sin poder nadar, se revolvieron tus entrañas – me dijiste-. Me regalaste tus brazos para siempre. Tu paciente sedal de pescador suplió mis fuerzas allá en el vaivén nocturno del Mar de Tiberíades. Me sigue acompañando, y aún tira de mí
hacia tu orilla. Lo sé.
En los desvanes de mis noches, ahora oscura, aún recuerdo entre la niebla el imborrable fulgor de tu mirada serena y compasiva cavada en mis tejidos.
Clareaba el Alba.
Y sigue clareando,
aunque es de noche.
Ellos, centuriones del miedo,
los que más miedo tienen,
invierten sus acciones en angustia,
y lo hacen diariamente.
Nosotros, sin embargo, tenemos la Fuerza
de plantarle cara, de atravesarla,
de transcenderla, de derribar
fronteras, muros, diques.
Y de sembrar la Paz.
Ese Aliento nutriente que a Vivir empuja
desde antes del Big Bang.
Mira al Miedo de frente.
Despierta. No te paralices…
No ocupa lugar,
ni cabe en los cerebros.
Ni el pensamiento, que es tiempo,
ha logrado cubrir
la limpia desnudez de la Conciencia.
Pero puedes traerla hacia tí
ligera de equipaje y de ropaje:
sentir que te atraviesa…
Te digo más:
cuando entras en sus aguas
descubres que desde antes de nacer
ya estabas empapada.

 

Rafael Redondo

 

Música:  Jerusalema Dance Challenge