Las sombras vienen de ti, son el recuerdo de la confianza con la que te yergues ante el sol. Levantarte y mirar al sol de frente amplia las sombras que se dibujan detrás de ti. Pero no es fácil sostener la mirada hacia el sol, y te das la vuelta, y la ves, la sombra inmensa. Y ante el miedo, te recoges humildemente, agachando la mirada, pero no quieres ver la sombra, y no sientes la capacidad de mirar al sol de frente. Y entonces, iluminado por el sol que brilla detrás de ti, sintiendo la calidez sobre tu espalda cómo un abrazo suave que acompaña, te sueltas, te dejas caer, te arrodillas y acoges la sombra, que en tu abrazarla, desaparece. Y así, en esa postura de reverencia, giras, para acoger la luz, besando la tierra.
Desde allí creces…e inauguras la primavera, esa misma que en ti se da, desde siempre.
Feliz equinoccio
Texto y foto de Alex Ashey
Sobre la sombra. Berriz 20 de octubre de 2018
La sombra es un fruto madurado a destiempo
de Roberto Juarroz
La sombra es un fruto madurado a destiempo.
Si se lo aprieta, suele soltar el jugo de la luz,
pero puede también manchar las manos para siempre.
Hay que vivir la sombra como un fruto,
pero vivirla desde adentro,
como se vive la propia voz.
Y hay que salir de ella gota a gota
o palabra a palabra,
hasta volverse luz sin darse cuenta.
El día de los hombres no es un juego.
El día de los hombres está hecho
de algo que sólo empieza con la luz.
Música: Franco Battiato-Lómbra della luce