…aunque estás y no te veo…

 

Aunque tú estás y no te veo,
aunque a veces te veo y tú no estás…
Testigo mudo, tú,
vigilante de mi alma y sus potencias,
centinela avizor,
sustancia de la nada,
que entre lunas y soles
alerta permaneces
siendo todo y nada.
Tú, lo Otro de mí, tu yo, tuyo…
que desde el silencio que eres
haces de mi mirada y tu mirada
una sola mirada,
un transparente ojo
que en su Unidad otea,
las venas transparentes de la noche.
Diafanidad que ve las mismas cosas,
oye los mismos ecos,
habla los mismos versos
sin tildes, sin acentos, sin fonemas.
Ojo desnudo del que sin ser notada llegas,
la sempiterna luz que no anochece.
Mi gratitud.

 

Música:   Diamond Dance – Bill Douglas

 

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