El creador de vida -o artista de la vida- es un ser a la espera. Atento como un pescador sobre un lago helado, vigilante como guepardo, alerta como un piel roja merodeando en terreno hostil.
El creador de vida, sabe de la nada; tiene honda fe en ella. Él mismo es Nada, depone su existencia porque tras ella atisba confiado la Presencia en sus latidos. Confía en su brotar.
En las oscuras horas
también la Infinitud te habita.
También
en las oscuras horas,
su luz puede abrasarte
fluyendo por tus venas.
Faro que al retirarse ama,
que al apartarse dona.
En las horas oscuras…
de corazón te digo
que esto no es literatura.
R.R.