…Allende el tiempo y el espacio…

Esa es mi angustia: vivirme tan sólo como carne, exiliado en el cuerpo, repatriado del Alba que no cesa.
Ese es mi Despertar: reventar el límite corpóreo, y ver brotar surcos de fuego y luz entre mis células.
Te escucho, Dios Abba, sin forma, y veo, y palpo en el latido de todo lo que en ti me vive y me re-vive.
Y me dejo llorar en tu rocío, Madre Total del Universo, mientras, armado de valor, me hundo y más me hundo en el pozo abisal de tus silencios.
Tú, Ruáh, aliento en todo aliento, reclamo a todas horas;
cauce y camino virgen donde el miedo a perderte se evapora, al filo de este instante, cuando el asombro brota.
Ese raro don,
que se derrama en todo ser viviente,
esa antorcha en la umbría
que alumbra este dialogante soliloquio
en la espesura de las noches.
Sí, ese raro don,
que asoma entre las grietas del Vacío:
mi desnudez, tan tuya,
magnánima ceniza enamorada,
las sola piel como único aderezo,
Como ese raro don
que brota al apagarse los sentidos,
y aquietarse el cerebro y pensamiento,
cuando se extingue ese eco enloquecido…
tan leve, tan suave, tan despacio
brotando igual que niño en hondo asombro…
allende el tiempo y el espacio…
 Música:   Franco Battiato  –  No time No space

 

 

 

 

Deja un comentario