…hojas de otoño en caída libre…

 

¿Cuándo empezaste, tú, asombroso evento
que ignora los finales?
Intocable, e intocado, tú
presente indestructible.
Qué bien se yo que eres eterno,
tú, que no vas ni irás ni fuiste,
ni un sólo segundo
más allá de este instante fecundo…
Viento y lluvia en este atardecer de octubre. Hojas en caída libre. Otoñea el alma.
«Que lo ilimitado despunte entre los nimbos», así parece orar el húmedo cemento, hecho tambor en el vierteaguas de mi elegida soledad.
“Tiempo desapacible…”, dicen.
Dulce, a pesar de todo y nada, el leve canto del silencio.
Hoscos atardeceres
pueden, tras su honda umbría,
revelar otras formas
de ser o de existir,
incluso de implorar,
donde todo se halla entrelazado.
Un consuelo escondido entre las brumas
que espera a unos ojos que lo miren….
R.R.
Música : Tu gitana –  Luar Na  lubre

 

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